En el ejercicio de la práctica judicial penal y a efectos de imponer una adecuada sanción, no siempre es sufiente conocer la identidad del autor del crimen, sino que se necesita conocer información de las condiciones y circunstancias del hecho criminal, así como de los mecanismos y medios empleados en su ejecución.

Las manchas, rastros y huellas dejados en la escena del crimen, son testigos mudos del acto criminal, por lo que el lugar de los hechos constituye la principal fuente de información del delito, siendo las manchas de sangre una de las evidencia más frecuentes en las escenas del crimen.

El presente texto ha sido diseñado para servir de guía introductoria al análisis reconstructivo forense basado en la morfología de las manchas de sangre, haciendo una revisión de sus principios y conocimientos básicos en la escena del crimen, así como de su aplicación práctica en casos reales y que sea útil tanto para investigadores criminales policiales o no, abogados magistrados y fiscales penalistas, profesionales de los diferentes campos de las ciencias forenses, médicos legistas o inspectores de escenas de crimen en crímenes violentos.